Exactamente en el segundo piso del restaurante "Antojitos de Odisa" existe un pequeño museo de las esculturas en madera de Agustín Rivas Vásquez, un famoso chamán y artista plástico de la selva.
Su nieto, que a la sazón hace las veces de curador de este museo, nos explicó que las esculturas las hizo en renaco y que las más representativas se llaman El pan y la teta y El Chaucero. Ambas pueden apreciarse en estas imágenes.
Por esas casualidades de la vida nos enteramos que don Agustín había llegado a Pucallpa desde Tamshiyacu, así que fuimos pronto a visitarlo. Así conocimos su faceta en el arte de la sanación. Tenía gente esperándolo para que haga algunas curaciones a sus niños. Fuimos testigos de su arte de sanar. La técnica que empleó fue fumar el cigarro y soplar en el cuerpo de sus pacientes. Luego conversamos con sus amigos alemanes que nos contaron sus experiencias con el ayahuasca que don Agustín les ha enseñado a usar en sus campamentos de Tamshiyacu. Es que el es un famoso conocedor del ayahuasca en la selva peruana. Su fama es más extensa en Europa que en Perú.
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