lunes, febrero 15, 2010

Roger Rumrrill: Mirando el infierno desde el cielo

Mirando el infierno desde el cielo

Diez minutos antes de aterrizar en el aeropuerto “Padre Aldamiz” de Puerto Maldonado, en Madre de Dios, hace poco he visto el infierno desde el cielo: miles de hectáreas del bosque primario, aguas limpias de arroyos y lagos y toda la maravillosa vida de la naturaleza convertida en una masa oscura, gelatinosa y muerta por la minería aurífera.

Este infierno de destrucción de la naturaleza tiene una extensión de 10 mil kilómetros en los lugares conocidos como “Delta” y “Huacamayo”, el doble de la superficie arrasada por la minería aurífera en Huaypetue. Sólo que el infierno de “Delta” y “Huacamayo” se ha producido en dos años y Huaypetue en 20 años. Varias causas explican esta velocidad con que ahora muere la naturaleza y los pobres, hombres y mujeres, son triturados por esta maquinaria de destrucción: el precio del oro a 1200 dólares la onza, los miles de pobres que bajan de los Andes en pos de la quimera del oro; un Estado ineficiente e incapaz de regular la actividad, la corrupción y una política gubernamental que ha puesto todos los huevos en la canasta de la minería.

Pero Madre de Dios no es el único lugar de la Amazonía amenazado por las actividades extractivas, frecuentemente irracionales y depredadoras y donde los gobiernos locales, regionales y el Estado central no ejercen ningún control y no sólo están pintados en la pared, sino que frecuentemente son cómplices y promotores de la depredación, contaminación y destrucción de la naturaleza.

Los ejemplos están a la vista. En San Martín, Dionisio Romero, “el nuevo Arana de la Amazonía” sigue talando bosques primarios desacatando una orden del Estado. En Iquitos, 300 toneladas de excrementos son arrojados cada día al río Amazonas porque ni el gobierno municipal ni regional han sido capaces de instalar plantas de tratamiento para las aguas servidas.

Y como si este infierno no estaría poniendo en peligro la mayor riqueza del Perú en la economía global del siglo XXI, la Amazonía, Daniel Saba, el presidente de Perúpetro ha anunciado exultante que en abril próximo se reiniciará la subasta petrolera y gasífera de la Amazonía.

Tenía toda la razón del mundo el que dijo que el hombre es la única especie del planeta que corta la rama del árbol donde vive.

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