Quienes me conocen saben que no suelo ir al cine (lugar). Y no es que no me guste el cine (arte) sino que difícilmente me emociona tanto una película como para decidir ir a algún lugar y verla. El mes pasado fui a El cinematógrafo de Barranco porque supe que iban a proyectar una película que estaba esperando ver durante mucho tiempo: En la selva no hay estrellas. La emoción que sentí es comparable a lo que sentirían los aficionados al fútbol si vieran al equipo peruano ganar el mundial.
Todo empezó cuando por esas circunstancias del destino vi La muralla verde. Más de una vez había leído que esta película de Armando Robles Godoy sería la mejor película peruana de todos lo tiempos. Estábamos con Magaly buscando películas en la biblioteca Odegard de la Universidad de Washington y entre muchos títulos estaba esta película pero en VHS. Así que apenas tuve la oportunidad compre un VHS para poder verla. Simplemente genial.
Entonces me puse a revisar sobre otras películas de este cineasta. Y me di cuenta que talvez nunca vería En la selva no hay estrellas porque hasta el 2006 estaba perdida por más de 35 años. Finalmente el mes pasado El cinematógrafo tuvo el acierto de proyectarla.
Sencillamente excepcional.
1 comentario:
Hola, realmente estoy sorprendida e inspirada!, lei tu profile en hi5 y de alli al Blog...Hugo me habia contado de ti, pero veo que se quedo corto, felicito tu sinceridad y aplaudo tus convicciones, espero que podamos hablar pronto...con un pollito a la brasa ..por favor!!!
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