miércoles, julio 25, 2012

Al fondo hay sitio.

Cuando escucho decir "al fondo hay sitio" lo primero que viene a mi mente es una canción de mi infancia ("Un viaje en un micro" del grupo RIO). Pertenezco como podrán adivinar a una generación en la que escuchábamos cassettes y no existían las combis. Afortunadamente la cultura combi tampoco existía o al menos eso quiero creer. Menciono esto porque desde hace unos años "al fondo hay sitio" es un frase muy usada en el Perú ya que ha sido importada desde las calles limeñas de micros y combis hasta la televisión peruana a través de un programa televisivo con ese nombre. Nunca he perdido más de 5 minutos de mi vida viendo ese programa. Tampoco necesito más de ese tiempo para darme cuenta que no es algo de mi agrado. Sospecho que eso me alejaría de ser considerado un Homo videns por Marco Aurelio Denegri quien describe a la televisión como un agente masivo de destrucción del Homo Sapiens. No me gusta dicho programa porque creo que mi gusto aún no ha sido empequeñecido por la televisión peruana de la que solo veo menos de media hora al día. No ha sido fácil curarme de la adicción por la television. Todavia guardo gratos recuerdos cuando en Trujillo nos reuníamos en familia, abuela incluida, para ver religiosamente "Encadenados" con Christian Bach y Humberto Zurita. Eran muchas horas pérdidas frente al televisor, pero con la familia unida al fin, soñando despiertos que el amor pasional, enajenante y posesivo es el único amor. A veces he tenido temporadas, felizmente breves, de asiduidad al programa Magaly TV. Sabía, por supuesto, que estaba renunciando por momentos a mi Homo sapiens pero lo hacía deliberadamente para "resetearme". He sido testigo del alto "rating" de "Al fondo hay sitio" y confieso que he sentido vergüenza ajena de ver como algunos colegas ven las repeticiones colgadas en Youtube a la hora del almuerzo casi como una rutina inquebrantable. De lo poco que he visto puedo decir que la trama no me cautiva, que la actuación menos y que me cuesta creer que quien encarnó al Dr Hugo Pesce en Diarios de Motocicleta sea el mismo que parodia, con un acento insoportable, a un hombre andino en dicho programa. Lo que más detesto de "Al fondo hay sitio" es que cada suceso dentro del programa sea convertido en noticia y sea motivo de reportajes en varios programas periodísticos. A veces prendo la televisión para enterarme de los sucesos reales de mi país y no me merezco un trato de Homo videns.

No hay comentarios.: