Reencuentro wiessino: fulbito y chelas

Hace un par de meses fui a Juanjuí a celebrar el reencuentro Wiessino por primera vez. Dos palabras resumen todo lo que encontré: "fulbito y chelas". Es bueno o malo, dependiendo de los gustos de cada quien. Me he pasado varias semanas pensando en cómo escribir este post sin herir las susceptibilidades de mis amigos ex-wiessinos. En lo personal la cultura futbolística y la manera tribal de beber cerveza en el Perú no me gustan para nada. Ya está, lo he dicho. Más claro: Ni pichangas, ni chelas, ni fulbito ni fullvaso. No estoy para esos asuntos, ni nunca los he estado. No tengo nada en contra del deporte, ni tampoco de las celebraciones con bebidas espirituosas. Pero este estilo monotemático y recurrente me asfixia. Sentí alegría de ver amigos que no veía hace mucho tiempo pero a la vez decepción y pena al no encontrar nada atractivo para mí. Yo esperaba algo diferente, campeonatos de otras cosas como tenis de mesa, atletismo, natacion, ajedrez, percentil ortográfico, matemáticas, chistes, canto, trivia, canicas, chapitas, sudoku, ludo, coregrafía, pintura, poesía, fotografía, teatro, etc. Esperaba con ansias espacios de conversación con los alumnos, ex-alumnos y profesores, escuchar de los problemas del colegio. No estoy muy entusiasmado ahora de volver al reencuentro wiessino. Por supuesto esto no tiene nada que ver con el colegio en sí mismo. Sigo pensando que hay mucho por hacer con los estudiantes y pienso volver mil veces al Carlos Wiesse para aportar en lo que pueda para mejorar la educacion en mi colegio. Respecto de los ex-alumnos y su forma particular de celebración tengo pocas esperanzas (y pocas ganas tambien) de volverlos a ver en un reencuentro wiessino. A no ser que la creatividad los tome por asalto y suceda un milagro.