Libre de bolsas de plástico

Volver a Seattle se está convirtiendo para mí en un gran respiro en muchos sentidos. Volar de Lima a Seattle es como salir de una pollada hacia un concierto sinfonico o de una combi a un crucero. Y no me refiero a asuntos de dinero. Me refiero a la visión de urbanidad de la gente, al aprecio por la educación, la salud y la cultura. Que quede claro que no estoy comparando al Perú con Estados Unidos. Ambos países tienen sus cosas bonitas y feas, por supuesto. Me refiero a dos lugares específicos en los que suelo alternar ultimamente. Escribo este post a propósito de un tema tambien puntual: las bolsas plásticas. Desde el primero de Julio del 2012 está prohibido entregar bolsas plásticas en las tiendas, pequeñas o supermercados. He vuelto a Seattle después de 6 meses y he podido comprobar con mucho gusto que esto se está acatando con rotundo éxito. Hace pocos días no más estaba comprando en Wong y en la tienda de la esquina donde por cada cosas pequeñita que compres te zampan un bolsa (las tienen de todos los tamañitos). Hace ya algún tiempo, con Magaly estamos tratando de usar bolsas reusables, de tela como en los viejos tiempos. Recuerdo mucho que en Trujillo mi abuela nos mandaba a comprar pan con una bolsa panera de tela, esa era la norma. Ahora si voy a comprar pan en una panadería en Lima me dan una bolsa de plástico para ese pan. En Seattle hay que ir con bolsas grandes reusables de tela o algún material fuerte para comprar cantidades grandes. Para cantidades pequeñas la ley dice que te tienen que dar bolsas de papel reciclable. ¡Los años maravillosos! Ojalá esto sucediera tambien en Lima. No pierdo las esperanzas. Al menos en mi casa así será.