Minutos antes de iniciar el recorrido turístico por la Huaca de la Luna vi un par de perros peruanos sin pelo. Lamentablemente, antes sólo los había visto en las calles, pero ahora el caso era distinto porque fue la primera vez que los veo en su “lugar de trabajo”. Ya había escuchado por las noticias que con el fin de conservarlos fueron declarado Patrimonio de la Nación y que reciben una pensión del estado para que sean los “guachimanes” de museos y zonas arqueológicas. Así que es gratificante que saber y ver que esto no es sólo un mandato en el papel sino que ahí están en el puesto laboral que les corresponde para ser apreciados tanto como los museos donde viven. Creo que Pedro Weiss estaría feliz de ver esta realidad.
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